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Conocimiento de los hongos por la
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La educación como parte de una estrategia ambiental de desarrollo persigue un propósito específico: contribuir a la participación activa de la población en el logro de una mejor calidad de vida. Los problemas de la Educación Ambiental en un país no sólo se previenen con medidas legales. Imprescindible es lograr una cultura ambiental consecuente en todos los habitantes del país, por lo que enfrentar este propósito exige un trabajo coordinado, intenso y constante de todos los organismos y organizaciones cubanas.
Con relación a la utilización de los hongos por la población cubana solo se encontró una referencia acerca del uso de especies de los géneros Lycoperdum y Parmelia como medicinales sin otras especificaciones (Fuentes, 1988), lo que indica que en Cuba no existe tradición en el uso de los hongos para diversos fines: comestibles, medicinales, alucinógenos, religiosos, etc. Este desconocimiento contrasta con la situación de países del área como México y Guatemala donde, desde el arribo de los conquistadores españoles en el siglo XVI, aparecen referencias sobre el conocimiento y utilización de las setas comestibles y levaduras por parte de los indígenas y del uso que éstos daban a los llamados “hongos sagrados”, considerados símbolos en sus ceremonias con fines curativos o religiosos (Guzmán, inédito, 1994; Sommerkamp, 1994).
Una hipótesis para explicar este comportamiento diferente puede enfocarse considerando que en la isla, dada la estabilidad de su clima, no debió existir una significativa representación de formas atractivas de macromicetos lo que, obligadamente, hubiera llamado la atención de los descubridores de la isla y alguna información al respecto estaría contenida en crónicas o documentos de la época. También debe haber sido determinante que las poco desarrolladas culturas aborígenes de la isla no sobrevivieron a la colonización europea por la mala nutrición y los trabajos forzados a que fueron sometidos, lo que impidió que pudieran legar cualquier conocimiento que tuvieran al respecto, esta situación se agravó por su inmediata sustitución por esclavos de origen africano sin tradiciones culturales vinculadas a los hongos.
Maldonado (inédito) realizó una encuesta para obtener información primaria sobre el conocimiento de la población cubana actual acerca de los hongos que se aplicó a una muestra residente en un municipio de la Ciudad de la Habana. La muestra se compuso de 900 personas, 450 de cada sexo, que cumplían las condiciones de voluntariedad a participar en la encuesta, tener edades comprendidas entre los 20 y 50 años y no relacionarse con los hongos en sus actividades cotidianas con lo que se garantizaron respuestas espontáneas y con conocimientos adquiridos de forma individual, a través del Sistema Nacional de Educación o por los medios masivos de divulgación.
En la encuesta se detectó primeramente que las respuestas no estuvieron influenciadas por el sexo y desde este punto de vista sus diferencias quedan sólo determinadas por los grupos de edades. Se advirtió que las personas con edades comprendidas entre los veinte y cuarenta años tenían una mayor claridad acerca de la existencia de los hongos como grupo independiente mientras en el grupo restante la mayoría los reconoció como plantas, lo que se relaciona directamente con la forma en que estos organismos se han abordado en los planes de estudio.
Por otra parte, fue significativo que ninguna de las personas encuestadas reconoció formas diferentes para los hongos lo que evidencia la influencia de las ilustraciones de los libros de texto y de los materiales televisivos o de la literatura infantil de origen extranjero, en las que estos organismos se representan por las formas más conocidas de sus cuerpos fructíferos.
Referente a las relaciones de los hongos con otros organismos se puso de manifiesto que las personas con edades entre los veinte y cuarenta años los estiman más íntimamente relacionados con el hombre y las personas con edades entre los cuarenta y uno y cincuenta años con las plantas y los animales. Este criterio diferente puede estar determinado tanto por el tratamiento en los libros de texto en los que se enfatiza en esta relación particular, como por los materiales de divulgación médica a que se tiene acceso actualmente.
Sin embargo, un resultado alentador es el reconocimiento por las personas de menor edad de la acción tanto beneficiosa como perjudicial de los hongos en contraposición con las personas de mayor edad que los concibe básicamente como perjudiciales.
Un aspecto crítico de la encuesta se relaciona con la existencia o no en Cuba de diferentes tipos de hongos y en particular de los considerados comestibles, preguntas en que la mayor parte de las personas manifestó desconocimiento.
En general las respuestas a la encuesta aplicada evidencian información tergiversada o no bien comprendida lo que se vincula de manera particular con deficiencias que subsisten en los medios de divulgación y en los planes de educación ambiental.
A pesar de la acción negativa del bloqueo, Cuba muestra elevados índices en la educación en la población. De ella el 7% son universitarios y un 13% son técnicos de nivel medio o superior con algo más de un 3% de profesionales o técnicos vinculados a la investigación científica (Figueras & Fernández, 1994). Sin embargo, si se analiza el contenido de los programas en los distintos niveles de la educación se aprecia que el grado de conocimiento de los hongos es insuficiente en su gran mayoría y que la Educación Primaria no aborda esta temática (Tabla 22).
En la Enseñanza media el 7mo grado es el que posee un mayor contenido sobre aspectos relacionados con el estudio de los hongos. No obstante, aún debe incrementarse la calidad del programa para cubrir las necesidades de los escolares. En la enseñanza preuniversitaria el estudio de los hongos también resulta insuficiente, debido a que el contenido de los programas solamente aborda algunos aspectos y faltan otros medulares.
La enseñanza superior, en general presenta programas donde se aborda el estudio de los hongos, acorde a los requerimientos de las diferentes especialidades. Mientras en la enseñanza técnica aún resulta insuficiente el conocimiento sobre el estudio de los hongos, a pesar de contemplarse en sus programas la Microbiología. Sin embargo, hay que señalar que en la Tabla 22 no se incluyen los datos de la carrera Licenciatura en Microbiología ni la de Medicina donde se imparten en mayor o menor grado aspectos de la Micología.
Tabla 22. Tratamiento que se le da a los hongos en los distintos niveles de la educación.
Como se aprecia en la Tabla 23 la divulgación que tienen los hongos a través de los diferentes medios de comunicación es escasa y se encuentra dispersa en programas que abordan de modo general temas medio-ambientales. Por otra parte a pesar de que en el país existen numerosas instituciones de carácter recreativo o científico-cultural, son pocas las que incluyen la divulgación de aspectos relacionados con el papel de los hongos en la naturaleza y en la vida humana.
En Cuba existe un número relativamente alto de organizaciones no gubernamentales que tienen entre sus objetivos promocionar el estudio, uso y conservación de la Biodiversidad e incluso existen algunas como la Sociedad Cubana de Botánica, la Sociedad Cubana de Microbiología y Parasitología y la Sociedad Cubana de Fitopatología que incluyen entre sus miembros a profesionales que tienen como esfera de acción alguna de las especialidades de la Micología. Sin embargo, ninguna de estas sociedades reúne a todos los profesionales y aficionados a la micología independientemente de su especialidad.
Tabla 23. Tratamiento que reciben los hongos en las diferentes modalidades de Educación Ambiental.
CONCLUSIONES
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